miércoles, 15 de febrero de 2012

NOTICIA LIBRE

Salud

Entrenar la potencia muscular mejora la capacidad funcional y la calidad de vida de las personas mayores

Doce semanas de entrenamiento dirigido a mejorar la potencia muscular en personas mayores tienen una gran efectividad para mejorar su capacidad funcional y calidad de vida, según demuestran los estudios realizados por el grupo de investigación de la Universidad Pública de Navarra “Biomecánica y Fisiología del movimiento” que dirige el catedrático Mikel Izquierdo Redin.

Los resultados de estos trabajos de investigación, realizados en colaboración con la Universidad de Trás-os-Montes y Alto duero (Portugal) y la Universidad Federal de Rio Grande del Sur (Brasil), han sido publicados en dos artículos en la revista científica Experimental Gerontology titulados “Efectos de un programa de entrenamiento de potencia muscular en la mejora de la capacidad funcional y el rendimiento físico en mujeres de edad avanzada” y “El entrenamiento de fuerza muscular, si se realiza antes de los ejercicios de resistencia cardiovascular optimiza la mejora de la capacidad funcional y calidad de vida de las personas mayores”.

Los resultados vienen a confirmar las hipótesis planteadas en las últimas décadas por diversos investigadores respecto a la capacidad del entrenamiento de fuerza para prevenir o aminorar su pérdida en personas mayores. Según explica Mikel Izquierdo, “se ha constatado cómo las personas entre 60 y 70 años que participaron en un programa de cuatro meses de entrenamiento para el desarrollo de la fuerza y masa muscular recuperaron la capacidad funcional y potencia muscular de veinte años atrás; es decir, se encontraban igual que compañeros suyos que empezaron el mismo programa de entrenamiento con 40 años”.

En su opinión, existen dos buenas razones que nos deberían animar a realizar ejercicio físico de modo regular a partir de los 50 años: “En primer lugar, porque es un pilar básico en la prevención y tratamiento de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas; y en segundo lugar, porque juega un papel fundamental en la prevención y tratamiento del declive en la capacidad funcional, que suele comenzar a manifestarse de modo muy significativo a estas edades”. En este sentido, el investigador mantiene que el ejercicio físico sería una medida plausible tanto para mejorar la capacidad funcional de las personas mayores como para disminuir el gasto sanitario.

En las últimas décadas el interés sobre el envejecimiento ha crecido exponencialmente y algunos de sus aspectos, como la discapacidad y la fragilidad, se han convertido en centro de atención de la investigación básica, clínica y poblacional. En España, a lo largo del pasado siglo, la población se duplicó, la de mayores de 65 años se multiplicó por 7 y la de octogenarios por 13.

La pérdida de masa muscular y cualidades musculares en el envejecimiento está directamente relacionada con una reducción en la movilidad y en la capacidad de realizar las consideradas actividades básicas o instrumentales de la vida diaria. “Esta pérdida de masa y cualidades musculares (disfunción muscular periférica) se ha manifestado en las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, dentro del proceso multifactorial de dichas enfermedades, y delimita la participación de los pacientes en actividades de la vida diaria, contribuyendo también al riesgo de mortalidad”.

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