En la feria Milipol 2011 de París se presentó el filamento sintético AuTx, llamado también “el tejido de oro”. Este nuevo material, desarrollado por los especialistas rusos, puede ser utilizado para la producción de chalecos antibalas mucho más resistentes y menos pesados que aquellos hechos de kevlar.
El filamento AuTx es una nueva generación de materiales que ya se usan exitosamente en la industria aeroespacial rusa y pertenecen a las fibras sintéticas del tipo "aramida", hechas con kevlar y twaron, poliamidas de uso frecuente en los chalecos antibalas y los neumáticos resistentes a las pinchaduras.
Pero a diferencia de ellos, la AuTx tiene una doble resistencia dinámica. Las prendas de blindaje que se hacen con ella pesan dos veces menos que las prendas protectoras hechas de otros materiales de aramida. Además, también es resistente al fuego y puede utilizarse para confeccionar trajes de protección para los bomberos.
Según datos técnicos, “el tejido de oro” es duradero e incluso aumenta su durabilidad con el tiempo. Por si fuera poco, para fabricar las fibras de AuTx se les trata con un reactivo especial que permite conservar sus propiedades incluso al contacto con el agua, aceites u otros fluidos hidráulicos. En comparación, el kevlar que actualmente es el más usado pierde su durabilidad por efecto de la luz solar o el agua, mientras que su almacenamiento a altas temperaturas acelera el envejecimiento del material.
Los chalecos a prueba de balas modernos en la mayoría de los casos protegen al soldado, pero todavía tienen numerosas imperfecciones. Las más importante es el peso de la prenda, que sube proporcionalmente a la protección buscada, por ejemplo para las armaduras superprotectoras se agregan a las fibras capas de cerámica, aceros ligeros o de titanio. Otra desventaja es la comodidad. Es casi imposible correr con un chaleco que pesa 15 kilógramos o más, llevando también armamento, equipos de comunicación y casco.
Por eso, en todo el mundo experimenta para perfeccionar estas prendas protectoras. En Rusia se privilegia el desarrollo de materiales especiales y se realizan investigaciones con varios líquidos y pegamentos que permitan hacer más resistentes los tejidos y fibras ya conocidas.
En el 2007, en Rusia fue presentado por primera vez el denominado “blindaje líquido”, o sacos que contienen un gel de nanopartículas sólidas y un relleno líquido. Un brusco golpe, impacto de una bala o fragmento de un misil instantáneamente fija las sustancias líquidas entre sí y el gel se convierte en un fuerte material compuesto que impide la penetración. Se espera que esta “coraza líquida” se utilice para aumentar la protección de vehículos terrestres y aéreos contra distintos impactos de carácter mecánico.
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